lunes, 15 de agosto de 2011

ACTIVIDAD 1. REPORTE DE LECTURA: INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA

ACTIVIDAD 1: Reporte de lectura Introducción a la literatura



Instrucciones: Después de leer previamente la siguiente información: Realiza un reporte de lectura sobre lo leído. No olvides tomar en cuenta los lineamientos de entrega de reportes de lectura:

Introducción a la literatura

Cuando vemos la palabra literatura en el título del curso no nos preguntamos qué significa. Su significado parece obvio y usamos la expresión “texto literario” con frecuencia en nuestro lenguaje coloquial. Pero luego, al llegar el primer día de clase, cuando el profesor nos pregunta ¿qué es un texto literario? O con más precisión, ¿cómo diferenciamos un texto literario de otro que no lo es?, empezamos a tener dudas. El sentido de la palabra literatura nos empieza a parecer más complejo. Las dudas y las preguntas que éstas sugieren son el mejor camino para alcanzar un sentido propio de lo que queremos decir cuando hacemos referencia a un texto literario. También aquí vamos a iniciar nuestro camino para comprender el concepto de literatura a través de una serie de preguntas iniciales, que luego se podrán complementar en la discusión en clase.

1. ¿Cuál es el origen de la palabra literatura?
Esta palabra proviene del latín litteratura, que es un derivado de la palabra littera y que significa letra del alfabeto. En su origen, pues, la palabra literatura hace referencia a la palabra escrita.

2. ¿Entonces, sólo un texto escrito puede ser literario?
No, ese es el origen de la palabra literatura, pero siempre ha existido una literatura de transmisión oral. En tiempos antiguos, cuando muy pocas personas sabían escribir y leer, la literatura oral tenía gran difusión entre las gentes. Hoy día existen igualmente medios que difunden la literatura a través de la palabra hablada, así se hace con frecuencia a través de la radio y de la televisión.

3. Es obvio que no todo lo hablado o escrito es literatura. ¿Cómo podemos diferenciar un texto literario de otro que no lo es?
Esta pregunta ha dado lugar a fuertes debates entre los críticos literarios de todas las épocas, sin que hasta la fecha se haya llegado a un acuerdo. En casos extremos todos estamos de acuerdo: reconocemos como obra literaria El Quijote de Miguel de Cervantes, y decimos que el “contrato de venta” de una casa no es un texto literario. El problema surge cuando la diferencia no es tan marcada y cuando empezamos a dar reglas para separar lo que es literatura de lo que no es literatura. Los críticos estarían de acuerdo en considerar obras literarias a todos los textos incluidos en la antología de este curso.

4. Es posible que la lectura de los textos en la antología de este curso nos enseñe a reconocer ciertas obras literarias, pero sigo teniendo la misma pregunta, ¿Cómo podemos diferenciar un texto literario de otro que no lo es?
Los antiguos reconocían tres aspectos centrales en el arte de escribir: Gramática (el bien escribir según las reglas gramaticales establecidas), Retórica (la estructura del discurso para persuadir en la comunicación) y Estilística (la búsqueda del arte y belleza en la expresión). Si ahora consideramos tres niveles de textos, podríamos decir que la gramática caracterizaría el primer nivel, cuyo objetivo es la comunicación: la mayor parte de los libros de texto (de geografía, de biología, de historia, etc.) corresponden a este primer nivel. El segundo nivel de textos añade a la gramática la retórica, es decir, añade una estructura cuyo fin es conseguir la persuasión en el lector o en el oyente; buenos ejemplos de este segundo nivel son los textos y discursos políticos. Podemos ahora considerar un tercer nivel que añade a los dos anteriores la estilística, o sea, una preocupación consciente por expresar la belleza, por crear una obra de arte.

5. Entonces, ¿podemos agrupar y diferenciar los textos según sus objetivos?
Sí, en un principio, pues nos permite una primera aproximación a la evaluación de un texto. Pero sólo sirve como una primera guía. Hay descripciones geográficas que son textos de gran valor artístico. Dentro del canon literario se encuentran también numerosos discursos políticos o textos ideológicos, cuyo objetivo primordial fue la persuasión. De igual manera, hay textos en los cuales su autor se propuso escribir una obra literaria, pero que no llegan a crear un leguaje artístico. Es decir, el objetivo que motiva un texto no determina necesariamente su valor artístico. José Romera Castillo nos dice que la obra literaria

“es algo que se aparta de la cotidianidad y que se convierte en una fiesta, en una excepción […] Fusionando los conceptos de vida y arte, el creador confiere a su obra una tonalidad de significación social y moral por un lado; y artística —lúdica— por otro” (124).

6. Podemos aceptar, aunque con reservas, la definición de Romera Castillo de que la obra literaria funde los conceptos de vida y arte y que se aparta de la cotidianidad, pero su afirmación no nos ayuda mucho, pues usa la palabra arte para definir una obra artística y la pregunta es ¿cómo reconocemos lo que es arte en un texto concreto?
En efecto, podemos decir que el concepto de literatura gira en torno al concepto de arte, y los juicios sobre el valor artístico de un texto son juicios subjetivos, pero que también dependen en gran medida de la educación de nuestra sensibilidad artística. Precisamente, el objetivo primordial de este curso de apreciación de la literatura es ir estableciendo en qué consiste el valor artístico de las obras incluidas en la antología.

7. Si reconocemos que la valoración artística es subjetiva ¿Cómo podemos educar nuestra sensibilidad artística?
La respuesta tradicional siempre ha sido que la lectura de las obras maestras va, poco a poco, creando nuestra sensibilidad por la literatura. Lo mismo sucede con la música o con la buena comida. Pero además, como en el caso de la música y de la comida, hay numerosas características que en sí mismas no determinan el valor de una obra literaria, pero que sí sirven para aproximarnos a dicho valor. En los estudios introductorios a los distintos géneros literarios iremos reflexionando sobre esas características.

8. ¿Qué se quiere decir con la palabra “características” en el contexto de una obra artística?
Con la palabra “características” hacemos referencia a los recursos que usan los autores en el proceso de crear una obra artística. En términos generales podemos decir que todo texto consta de dos partes, o mejor dicho, integra dos dimensiones: los contenidos (ideas, emociones) y los recursos del lenguaje (cómo se articulan dichas ideas o emociones). Los recursos literarios se refieren al modo cómo se integran ambas dimensiones. Por ejemplo, Wellek y Warren establecen una diferencia entre lo que denominan lenguaje científico y lenguaje literario:

“El lenguaje científico ideal es puramente denotativo: tiende a una correspondencia recíproca entre el signo y cosa designada […]. El signo es también transparente; es decir, sin llamar la atención sobre sí mismo, nos remite de un modo inequívoco a lo que designa” (27).

El lenguaje literario es esencialmente connotativo. Es decir, usa el lenguaje prestando atención a sus posibilidades metafóricas. Veamos como ejemplo la siguiente frase: “Era una montaña”. En un libro de geografía se va a usar en su valor denotativo: “Era una montaña rocosa de 7500 metros de altura”. En una novela, por ejemplo, se puede usar en su sentido connotativo para describir a una persona fuerte y alta que camina lentamente por la calle: “Era una montaña imponente que se aproximaba con lentitud y firmeza”.

9. ¿Entonces, el lenguaje literario se diferencia del lenguaje cotidiano en que el lenguaje literario es preferentemente metafórico?
Esta primera conclusión puede servirnos como guía, pero debemos recordar que todo lenguaje es por naturaleza metafórico. Lo que sucede es que en el lenguaje cotidiano el sentido metafórico se ha lexicalizado (ha dejado de leerse como metáfora), o sea, se ha convertido en un lenguaje denotativo: la palabra parece coincidir con lo que designa. A través del curso vamos a leer y reflexionar en torno a numerosos ejemplos en los que los autores de los textos literarios hacen uso de la ambigüedad de ciertas palabras, entre su sentido cotidiano y sus posibles significados metafóricos.

10. Si todo leguaje es metafórico y si una metáfora con el tiempo puede dejar de ser metáfora, ¿Cómo podemos saber el sentido que el autor quiso dar a una palabra determinada?
Muchos críticos de la literatura siguen todavía discutiendo esa problemática. En realidad, cuando hablamos de literatura nos estamos refiriendo a un proceso que lleva implícitas tres dimensiones: el autor, el texto y el lector. Parte de la formación de nuestra sensibilidad artística es tomar conciencia de cómo se relacionan estas tres dimensiones. En el transcurso de nuestra cultura occidental se dio primero más importancia al autor, luego los críticos se concentraron en el texto, y en este curso vamos a privilegiar la perspectiva del lector. Desde esta perspectiva, sí que nos importa quién fue el autor y qué deseaba comunicar, pero vamos a dar preferencia a cómo los lectores leen el texto y cómo justifican su lectura.

11. Estoy de acuerdo de que la literatura es más interesante cuando yo puedo interpretarla, pero si privilegiamos nuestra interpretación individual, ¿qué papel desempeña el autor en esta nueva perspectiva?
Esta pregunta hace referencia a otra pregunta central: ¿por qué leemos literatura? Pero antes de contestar el porqué, veamos el papel que desempeña el autor. Si nosotros tenemos un texto literario es porque una persona lo ha escrito. Estas personas, que aquí llamamos autores, viven y representan los valores de su época, tanto si tienen conciencia de ellos o no, tanto si proyectan o critican dichos valores. Es decir, para escribir usan un código personal y un código referencial que responde a las preocupaciones de su época. Toda lectura crítica de un texto necesita, para conseguir una comprensión más completa, el contexto del autor y de su época.

12. ¿Quiere decir que si no conocemos a un autor o su época no podemos comprender un texto literario?
No. El lector es libre de leer un texto y comprenderlo desde su propia subjetividad y en función a su intimidad. Pero si deseamos leer un texto críticamente y luego discutirlo en un círculo de personas o en la sala de clase, necesitamos justificar nuestra interpretación con referencias externas a nosotros mismos. Necesitamos hacer referencia al léxico del texto, a la retórica o código que usó el autor, al mundo (la época) en el que surgen sus ideas y, posiblemente, a ciertas referencias personales del autor. En este sentido el autor es importante pues nos permite aproximarnos más al texto que deseamos analizar (ver el concepto de autor).

13. Según la respuesta anterior, la pregunta que determina nuestra lectura es ¿por qué leemos?
Así es, en efecto. La lectura subjetiva, íntima, personal de un texto, depende siempre de la persona que lo lee y de su contexto. Aquí, y en todo este curso, hacemos referencia a una lectura crítica, una lectura para discutir en la sala de clase. En este sentido, los especialistas de la literatura han propuesto varias razones:

La visión tradicional propone que las grandes obras literarias son un depósito de valores universales que pueden dar sentido y unir los pueblos.
Desde posturas contestatarias, deconstructivas, problematizadoras, se muestra que a través de las grandes obras también se pueden perpetuar estructuras de poder. Así, por ejemplo, desde una perspectiva feminista se observa cómo a través de la literatura de épocas pasadas se mantiene la función subordinada de la mujer.
Desde una perspectiva estética, se considera al texto literario como una creación artística con significado en sí misma.
Desde perspectivas más complejas se tiende a ver el texto literario como una serie de elementos estéticos y contextos culturales. Desde esta perspectiva, las obras literarias son creaciones artísticas que responden a contextos culturales y que por ello mismo sirven de pauta para la comprensión del desarrollo de los diversos grupos culturales humanos.


14. Si los objetivos que motivan la lectura de un texto literario son tan importantes, surge la pregunta de ¿qué textos literarios leemos?
Tradicionalmente, tanto los libros de texto para la enseñanza de la literatura como las historias de la literatura, han estado dominados por un estricto canon de obras consideradas clásicas. También las editoriales se concentraban en la publicación de las obras que se ajustaban a un canon. Es decir, sólo una parte de las obras escritas a través de los años circulaba y era asequible su lectura. La explosión editorial de las recientes décadas y una lectura más independiente y crítica de las obras literarias que formaban el canon y de aquellos textos que habían quedado marginados, ha descubierto que los textos considerados como canónicos encubrían con frecuencia posiciones ideológicas y de poder. En la actualidad se está haciendo una evaluación más pluralista de la tradición literaria que nos permita tener una visión más completa de nuestro pasado literario.

15. Entonces ¿qué textos se incluyen en este curso?
Los objetivos de este curso son precisos: es un curso de apreciación de la literatura, de introducción al texto literario. Por esta razón, nuestro criterio fundamental ha sido seleccionar las obras literarias que mejor representan los cuatro géneros estudiados. Muchas de ellas, la mayoría, coinciden con aquellas consideradas como obras clásicas. Pero también incluimos obras de autores que no entraron o que todavía no entraron en el canon. Como hemos señalado anteriormente, el énfasis de nuestro curso se enfoca en el lector. Buscamos una toma de conciencia de los recursos literarios que pueden hacer más satisfactoria la lectura de una obra literaria.

16. Por lo dicho hasta ahora, mucho del énfasis de este curso recae en cómo debemos leer un texto literario.
Así es, en términos generales, pero no deseamos prescribir una lectura como la correcta. Apreciar la literatura es tomar conciencia de los recursos estilísticos y de retórica que emplea el autor en el proceso de crear una obra de arte. Cuando decimos que vamos a privilegiar al lector, queremos decir que vamos a leer los textos desde la perspectiva del lector. O sea, aunque el autor importa, no vamos a tratar de descubrir lo que el autor pensaba al escribir su obra, si bien puede ser un aspecto de valor para tener en cuenta. Tampoco vamos a enfocarnos en el texto, como si no existiera el autor ni el lector.

17. ¿Qué quiere decir “leer desde la perspectiva del lector”?
En términos muy simples, leer desde la perspectiva del lector quiere decir tener en cuenta los objetivos que el lector tiene para leer un texto. No es lo mismo leer un libro para comentarlo en clase, que leer un libro por distracción. También podemos leer una obra prestando atención únicamente a los elementos estilísticos, o al contenido y posición filosófica que proyecta el autor, o a la cultura de una época que recrea el texto. Es decir, deseamos privilegiar la razón que nos motiva a leer un texto. En este curso de apreciación de la literatura, nuestro objetivo es reflexionar sobre los recursos estilísticos y culturales que un autor y su época emplean para la creación artística.

18. Desde esta perspectiva del lector ¿para qué sirve la literatura?
La respuesta a esta pregunta sigue siendo un tema de debate. Las propuestas son muy variadas e incluyen posiciones radicalmente opuestas: para unos leer literatura es perder el tiempo, para otros la lectura de la literatura es el símbolo del ser humano culto. Nosotros vamos a considerar la literatura como un producto artístico y cultural. Como producto artístico nos ayuda a perfeccionar el conocimiento del idioma español y a apreciar el uso estético de las palabras. Como producto cultural aprendemos a comprender los valores en debate en las distintas épocas y lugares del mundo hispano.

19 ¿Qué tipo de obras vamos a leer?
Vamos a leer obras de épocas antiguas y de autores modernos. Algunos autores pertenecen al canon de autores famosos en el mundo cultural hispano, otros son jóvenes todavía no muy conocidos. En la estructura de este curso, como señalamos en la sección de objetivos, vamos a agrupar los textos literarios en cuatro géneros: narrativa, poesía, ensayo y teatro. Son cuatro géneros establecidos y que forman ya parte de la cultura literaria del lector. Todos ustedes, cuando ven un texto (incluso antes de leerlo) lo reconocen como poesía o como teatro o como novela, o como ensayo. Pues bien, vamos a iniciar nuestra aproximación a la literatura desde ese punto común entre el autor y el lector.



Bibliografía de obras citadas

García Berrío, Antonio. Teoría de la literatura. Madrid: Cátedra, 1994.

Romera Castillo, José. Didáctica de la lengua y la literatura. Método y práctica. Madrid: Playor, 1979.

Wellek, René y Austin Warren. Teoría literaria. Madrid: Gredos, 1966.

(Gómez-Martínez)



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