COLEGIO MIGUEL ÁNGEL” DE TAXCO A.C
INC. A LA UNAM CLAVE INC.6919
ACUERDO 19/01 – 10/07/01
ASIGNATURA OBLIGATORIA
CICLO LECTIVO 2011-2012
CLAVE DE LA MATERIA: 1516
PROF. VIOLETA RAMÍREZ MORA
Primer bimestre. Evidencia 1
Instrucciones: Después de leer previamente la
siguiente información: Realiza un reporte de lectura sobre lo leído. No olvides
tomar en cuenta los lineamientos de entrega de reportes de lectura:
Introducción a la literatura
Cuando vemos la palabra
literatura en el título del curso no nos preguntamos qué significa. Su
significado parece obvio y usamos la expresión “texto literario” con frecuencia
en nuestro lenguaje coloquial. Pero luego, al llegar el primer día de clase,
cuando el profesor nos pregunta ¿qué es un texto literario? O con más precisión,
¿cómo diferenciamos un texto literario de otro que no lo es?, empezamos a tener
dudas. El sentido de la palabra literatura nos empieza a parecer más complejo.
Las dudas y las preguntas que éstas sugieren son el mejor camino para alcanzar
un sentido propio de lo que queremos decir cuando hacemos referencia a un texto
literario. También aquí vamos a iniciar nuestro camino para comprender el
concepto de literatura a través de una serie de preguntas iniciales, que luego
se podrán complementar en la discusión en clase.
1. ¿Cuál es el origen
de la palabra literatura?
Esta palabra proviene del latín litteratura, que
es un derivado de la palabra littera y que significa letra del alfabeto. En su
origen, pues, la palabra literatura hace referencia a la palabra escrita.
2. ¿Entonces, sólo un texto escrito puede ser literario?
No, ese es
el origen de la palabra literatura, pero siempre ha existido una literatura de
transmisión oral. En tiempos antiguos, cuando muy pocas personas sabían escribir
y leer, la literatura oral tenía gran difusión entre las gentes. Hoy día existen
igualmente medios que difunden la literatura a través de la palabra hablada, así
se hace con frecuencia a través de la radio y de la televisión.
3. Es
obvio que no todo lo hablado o escrito es literatura. ¿Cómo podemos diferenciar
un texto literario de otro que no lo es?
Esta pregunta ha dado lugar a
fuertes debates entre los críticos literarios de todas las épocas, sin que hasta
la fecha se haya llegado a un acuerdo. En casos extremos todos estamos de
acuerdo: reconocemos como obra literaria El Quijote de Miguel de Cervantes, y
decimos que el “contrato de venta” de una casa no es un texto literario. El
problema surge cuando la diferencia no es tan marcada y cuando empezamos a dar
reglas para separar lo que es literatura de lo que no es literatura. Los
críticos estarían de acuerdo en considerar obras literarias a todos los textos
incluidos en la antología de este curso.
4. Es posible que la lectura de
los textos en la antología de este curso nos enseñe a reconocer ciertas obras
literarias, pero sigo teniendo la misma pregunta, ¿Cómo podemos diferenciar un
texto literario de otro que no lo es?
Los antiguos reconocían tres aspectos
centrales en el arte de escribir: Gramática (el bien escribir según las reglas
gramaticales establecidas), Retórica (la estructura del discurso para persuadir
en la comunicación) y Estilística (la búsqueda del arte y belleza en la
expresión). Si ahora consideramos tres niveles de textos, podríamos decir que la
gramática caracterizaría el primer nivel, cuyo objetivo es la comunicación: la
mayor parte de los libros de texto (de geografía, de biología, de historia,
etc.) corresponden a este primer nivel. El segundo nivel de textos añade a la
gramática la retórica, es decir, añade una estructura cuyo fin es conseguir la
persuasión en el lector o en el oyente; buenos ejemplos de este segundo nivel
son los textos y discursos políticos. Podemos ahora considerar un tercer nivel
que añade a los dos anteriores la estilística, o sea, una preocupación
consciente por expresar la belleza, por crear una obra de arte.
5.
Entonces, ¿podemos agrupar y diferenciar los textos según sus objetivos?
Sí,
en un principio, pues nos permite una primera aproximación a la evaluación de un
texto. Pero sólo sirve como una primera guía. Hay descripciones geográficas que
son textos de gran valor artístico. Dentro del canon literario se encuentran
también numerosos discursos políticos o textos ideológicos, cuyo objetivo
primordial fue la persuasión. De igual manera, hay textos en los cuales su autor
se propuso escribir una obra literaria, pero que no llegan a crear un leguaje
artístico. Es decir, el objetivo que motiva un texto no determina necesariamente
su valor artístico. José Romera Castillo nos dice que la obra literaria
“es algo que se aparta de la cotidianidad y que se convierte en una
fiesta, en una excepción […] Fusionando los conceptos de vida y arte, el creador
confiere a su obra una tonalidad de significación social y moral por un lado; y
artística —lúdica— por otro” (124).
6. Podemos aceptar, aunque con
reservas, la definición de Romera Castillo de que la obra literaria funde los
conceptos de vida y arte y que se aparta de la cotidianidad, pero su afirmación
no nos ayuda mucho, pues usa la palabra arte para definir una obra artística y
la pregunta es ¿cómo reconocemos lo que es arte en un texto concreto?
En
efecto, podemos decir que el concepto de literatura gira en torno al concepto de
arte, y los juicios sobre el valor artístico de un texto son juicios subjetivos,
pero que también dependen en gran medida de la educación de nuestra sensibilidad
artística. Precisamente, el objetivo primordial de este curso de apreciación de
la literatura es ir estableciendo en qué consiste el valor artístico de las
obras incluidas en la antología.
7. Si reconocemos que la valoración
artística es subjetiva ¿Cómo podemos educar nuestra sensibilidad artística?
La respuesta tradicional siempre ha sido que la lectura de las obras
maestras va, poco a poco, creando nuestra sensibilidad por la literatura. Lo
mismo sucede con la música o con la buena comida. Pero además, como en el caso
de la música y de la comida, hay numerosas características que en sí mismas no
determinan el valor de una obra literaria, pero que sí sirven para aproximarnos
a dicho valor. En los estudios introductorios a los distintos géneros literarios
iremos reflexionando sobre esas características.
8. ¿Qué se quiere decir
con la palabra “características” en el contexto de una obra artística?
Con
la palabra “características” hacemos referencia a los recursos que usan los
autores en el proceso de crear una obra artística. En términos generales podemos
decir que todo texto consta de dos partes, o mejor dicho, integra dos
dimensiones: los contenidos (ideas, emociones) y los recursos del lenguaje (cómo
se articulan dichas ideas o emociones). Los recursos literarios se refieren al
modo cómo se integran ambas dimensiones. Por ejemplo, Wellek y Warren establecen
una diferencia entre lo que denominan lenguaje científico y lenguaje literario:
“El lenguaje científico ideal es puramente denotativo: tiende a una
correspondencia recíproca entre el signo y cosa designada […]. El signo es
también transparente; es decir, sin llamar la atención sobre sí mismo, nos
remite de un modo inequívoco a lo que designa” (27).
El lenguaje
literario es esencialmente connotativo. Es decir, usa el lenguaje prestando
atención a sus posibilidades metafóricas. Veamos como ejemplo la siguiente
frase: “Era una montaña”. En un libro de geografía se va a usar en su valor
denotativo: “Era una montaña rocosa de 7500 metros de altura”. En una novela,
por ejemplo, se puede usar en su sentido connotativo para describir a una
persona fuerte y alta que camina lentamente por la calle: “Era una montaña
imponente que se aproximaba con lentitud y firmeza”.
9. ¿Entonces, el
lenguaje literario se diferencia del lenguaje cotidiano en que el lenguaje
literario es preferentemente metafórico?
Esta primera conclusión puede
servirnos como guía, pero debemos recordar que todo lenguaje es por naturaleza
metafórico. Lo que sucede es que en el lenguaje cotidiano el sentido metafórico
se ha lexicalizado (ha dejado de leerse como metáfora), o sea, se ha convertido
en un lenguaje denotativo: la palabra parece coincidir con lo que designa. A
través del curso vamos a leer y reflexionar en torno a numerosos ejemplos en los
que los autores de los textos literarios hacen uso de la ambigüedad de ciertas
palabras, entre su sentido cotidiano y sus posibles significados metafóricos.
10. Si todo leguaje es metafórico y si una metáfora con el tiempo puede
dejar de ser metáfora, ¿Cómo podemos saber el sentido que el autor quiso dar a
una palabra determinada?
Muchos críticos de la literatura siguen todavía
discutiendo esa problemática. En realidad, cuando hablamos de literatura nos
estamos refiriendo a un proceso que lleva implícitas tres dimensiones: el autor,
el texto y el lector. Parte de la formación de nuestra sensibilidad artística es
tomar conciencia de cómo se relacionan estas tres dimensiones. En el transcurso
de nuestra cultura occidental se dio primero más importancia al autor, luego los
críticos se concentraron en el texto, y en este curso vamos a privilegiar la
perspectiva del lector. Desde esta perspectiva, sí que nos importa quién fue el
autor y qué deseaba comunicar, pero vamos a dar preferencia a cómo los lectores
leen el texto y cómo justifican su lectura.
11. Estoy de acuerdo de que
la literatura es más interesante cuando yo puedo interpretarla, pero si
privilegiamos nuestra interpretación individual, ¿qué papel desempeña el autor
en esta nueva perspectiva?
Esta pregunta hace referencia a otra pregunta
central: ¿por qué leemos literatura? Pero antes de contestar el porqué, veamos
el papel que desempeña el autor. Si nosotros tenemos un texto literario es
porque una persona lo ha escrito. Estas personas, que aquí llamamos autores,
viven y representan los valores de su época, tanto si tienen conciencia de ellos
o no, tanto si proyectan o critican dichos valores. Es decir, para escribir usan
un código personal y un código referencial que responde a las preocupaciones de
su época. Toda lectura crítica de un texto necesita, para conseguir una
comprensión más completa, el contexto del autor y de su época.
12.
¿Quiere decir que si no conocemos a un autor o su época no podemos comprender un
texto literario?
No. El lector es libre de leer un texto y comprenderlo
desde su propia subjetividad y en función a su intimidad. Pero si deseamos leer
un texto críticamente y luego discutirlo en un círculo de personas o en la sala
de clase, necesitamos justificar nuestra interpretación con referencias externas
a nosotros mismos. Necesitamos hacer referencia al léxico del texto, a la
retórica o código que usó el autor, al mundo (la época) en el que surgen sus
ideas y, posiblemente, a ciertas referencias personales del autor. En este
sentido el autor es importante pues nos permite aproximarnos más al texto que
deseamos analizar (ver el concepto de autor).
13. Según la respuesta
anterior, la pregunta que determina nuestra lectura es ¿por qué leemos?
Así
es, en efecto. La lectura subjetiva, íntima, personal de un texto, depende
siempre de la persona que lo lee y de su contexto. Aquí, y en todo este curso,
hacemos referencia a una lectura crítica, una lectura para discutir en la sala
de clase. En este sentido, los especialistas de la literatura han propuesto
varias razones:
La visión tradicional propone que las grandes obras
literarias son un depósito de valores universales que pueden dar sentido y unir
los pueblos.
Desde posturas contestatarias, deconstructivas,
problematizadoras, se muestra que a través de las grandes obras también se
pueden perpetuar estructuras de poder. Así, por ejemplo, desde una perspectiva
feminista se observa cómo a través de la literatura de épocas pasadas se
mantiene la función subordinada de la mujer.
Desde una perspectiva estética,
se considera al texto literario como una creación artística con significado en
sí misma.
Desde perspectivas más complejas se tiende a ver el texto
literario como una serie de elementos estéticos y contextos culturales. Desde
esta perspectiva, las obras literarias son creaciones artísticas que responden a
contextos culturales y que por ello mismo sirven de pauta para la comprensión
del desarrollo de los diversos grupos culturales humanos.
14. Si los objetivos que motivan la lectura de un texto
literario son tan importantes, surge la pregunta de ¿qué textos literarios
leemos?
Tradicionalmente, tanto los libros de texto para la enseñanza de la
literatura como las historias de la literatura, han estado dominados por un
estricto canon de obras consideradas clásicas. También las editoriales se
concentraban en la publicación de las obras que se ajustaban a un canon. Es
decir, sólo una parte de las obras escritas a través de los años circulaba y era
asequible su lectura. La explosión editorial de las recientes décadas y una
lectura más independiente y crítica de las obras literarias que formaban el
canon y de aquellos textos que habían quedado marginados, ha descubierto que los
textos considerados como canónicos encubrían con frecuencia posiciones
ideológicas y de poder. En la actualidad se está haciendo una evaluación más
pluralista de la tradición literaria que nos permita tener una visión más
completa de nuestro pasado literario.
15. Entonces ¿qué textos se
incluyen en este curso?
Los objetivos de este curso son precisos: es un
curso de apreciación de la literatura, de introducción al texto literario. Por
esta razón, nuestro criterio fundamental ha sido seleccionar las obras
literarias que mejor representan los cuatro géneros estudiados. Muchas de ellas,
la mayoría, coinciden con aquellas consideradas como obras clásicas. Pero
también incluimos obras de autores que no entraron o que todavía no entraron en
el canon. Como hemos señalado anteriormente, el énfasis de nuestro curso se
enfoca en el lector. Buscamos una toma de conciencia de los recursos literarios
que pueden hacer más satisfactoria la lectura de una obra literaria.
16.
Por lo dicho hasta ahora, mucho del énfasis de este curso recae en cómo debemos
leer un texto literario.
Así es, en términos generales, pero no deseamos
prescribir una lectura como la correcta. Apreciar la literatura es tomar
conciencia de los recursos estilísticos y de retórica que emplea el autor en el
proceso de crear una obra de arte. Cuando decimos que vamos a privilegiar al
lector, queremos decir que vamos a leer los textos desde la perspectiva del
lector. O sea, aunque el autor importa, no vamos a tratar de descubrir lo que el
autor pensaba al escribir su obra, si bien puede ser un aspecto de valor para
tener en cuenta. Tampoco vamos a enfocarnos en el texto, como si no existiera el
autor ni el lector.
17. ¿Qué quiere decir “leer desde la perspectiva del
lector”?
En términos muy simples, leer desde la perspectiva del lector
quiere decir tener en cuenta los objetivos que el lector tiene para leer un
texto. No es lo mismo leer un libro para comentarlo en clase, que leer un libro
por distracción. También podemos leer una obra prestando atención únicamente a
los elementos estilísticos, o al contenido y posición filosófica que proyecta el
autor, o a la cultura de una época que recrea el texto. Es decir, deseamos
privilegiar la razón que nos motiva a leer un texto. En este curso de
apreciación de la literatura, nuestro objetivo es reflexionar sobre los recursos
estilísticos y culturales que un autor y su época emplean para la creación
artística.
18. Desde esta perspectiva del lector ¿para qué sirve la
literatura?
La respuesta a esta pregunta sigue siendo un tema de debate. Las
propuestas son muy variadas e incluyen posiciones radicalmente opuestas: para
unos leer literatura es perder el tiempo, para otros la lectura de la literatura
es el símbolo del ser humano culto. Nosotros vamos a considerar la literatura
como un producto artístico y cultural. Como producto artístico nos ayuda a
perfeccionar el conocimiento del idioma español y a apreciar el uso estético de
las palabras. Como producto cultural aprendemos a comprender los valores en
debate en las distintas épocas y lugares del mundo hispano.
19 ¿Qué tipo
de obras vamos a leer?
Vamos a leer obras de épocas antiguas y de autores
modernos. Algunos autores pertenecen al canon de autores famosos en el mundo
cultural hispano, otros son jóvenes todavía no muy conocidos. En la estructura
de este curso, como señalamos en la sección de objetivos, vamos a agrupar los
textos literarios en cuatro géneros: narrativa, poesía, ensayo y teatro. Son
cuatro géneros establecidos y que forman ya parte de la cultura literaria del
lector. Todos ustedes, cuando ven un texto (incluso antes de leerlo) lo
reconocen como poesía o como teatro o como novela, o como ensayo. Pues bien,
vamos a iniciar nuestra aproximación a la literatura desde ese punto común entre
el autor y el lector.
Bibliografía de obras citadas
García Berrío, Antonio. Teoría de la literatura. Madrid: Cátedra, 1994.
Romera Castillo, José. Didáctica de la lengua y la literatura. Método y
práctica. Madrid: Playor, 1979.
Wellek, René y Austin Warren. Teoría
literaria. Madrid: Gredos, 1966.
(Gómez-Martínez)
Aspectos a evaluar:
1. Redacción y ortografía
2.Cumplimiento de formato de entrega
3. Contenido
4. Entrega en tiempo y forma